Bio
Las herramientas más potentes que tienes son tu cultura, tus valores, tu formación y tu historia personal.

Soy muy de contar historias para poner ejemplos; si me lo permites, te contaré la de Nadia Boulanger y Astor Piazzolla.
Mademoiselle Boulanger está considerada como la mejor pedagoga musical del s.XX y en vida ya gozaba de un prestigio muy merecido, así que todos los músicos de la época añoraban ser sus alumnos. Piazzolla, músico argentino, aprovechó el cobro de unos derechos de autor para hacer la maleta en cuanto pudo e irse a París a aprender de ella, pero estaba cagado de miedo porque no se consideraba a la altura. Aún así, pudo más el deseo de mejorar y se presentó en su casa.
Ella le pidió que tocara y él intentó algo “académico” con lo que impresionarla, pero a ciertos gigantes no se la cuelas. Mademoiselle le detuvo y con mucha amabilidad le preguntó qué instrumento solía tocar él en Argentina y qué componía para ese instrumento. Astor, avergonzado, se rindió y le contestó que tangos para bandoneón. Entonces ella le pidió que tocara una pieza suya al citado instrumento. Él lo hizo y, cuando terminó, fue aceptado como alumno.
La alegría le duró poco: era exigentísima a todos los niveles. Con ello consiguió que sus pupilos fundieran su propia identidad con la técnica más depurada y, consecuentemente, que pasaran a la historia. Si nunca has escuchado «Oblivion» te invito a que lo hagas. Ése es Piazzolla después de la etapa Boulanger.

Su obra nunca puede ser más o menos de lo que usted es como ser humano. A menos que tenga una experiencia de vida y algo que decir de lo que haya vivido, no tiene nada que aportar en absoluto. No le encuentro a usted en su música, y eso me preocupa. ¿Dónde está usted, monsieur? ¿Dónde está?.
Nadia Boulanger
Yo no soy tan radical hablándole a un alumno, pero estoy de acuerdo en lo fundamental y no paro de preguntar lo mismo: “¿quién eres? ¿dónde estás tú en esta pieza?”. Me importan muchísimo tus raíces y tu experiencia vital porque si lo que creas lo refleja habrás subido de nivel.

A veces veo a diseñadores maravillosos, con unas ideas que son perfectamente trasladables a cerámica y que no se atreven con el material, porque piensan que es muy complicado y acaban o bien subcontratando a otros para que fabriquen sus piezas o desechando directamente el proyecto. En el primer caso su margen de beneficio merma, tienen exceso o defecto de piezas debido a lo bien o mal que lo hayan vendido y dependen de un tercero tanto para cumplir plazos como para el número de unidades que necesitan. En el segundo caso les ha ganado la partida el desconocimiento y la frustración.
Déjame decirte que en las dos situaciones se han perdido lo mejor. Crear con cerámica es una experiencia muy especial, para mí la mejor actividad creativa del mundo.
Durante un curso de verano en Francia hace muchos años, un amigo alemán me dijo que para cada uno hay un método, que no valen las mismas recetas para todos. «It doesn´t matter while it´s successful», sentenció el bueno de Martin. Y tenía toda la razón; tú ya sabes diseñar, tienes tu propio método para crear. Sea ortodoxo o no, lo que importa es que a ti te dé resultado. Si a eso le añadimos tus raíces, tus referencias y tus experiencias vitales, el resultado es que estás en las mejores condiciones. En sentido estricto, yo sólo lo saco de ti y te ayudo a plasmarlo en cerámica, aún con mi ayuda eres tú quien lo consigue. He tenido alumnos que eran joyeros, ingenieros industriales, artistas plásticos, arquitectos, diseñadores gráficos, publicistas, amantes de las manualidades, incluso algún ejecutivo de banca…y todos han acabado sacando adelante sus piezas. De todos he aprendido mucho.
Por si fuera poco, si sabes escuchar la cerámica te dirá lo que quiere ser y lo que tienes que hacer con ella. Ese diálogo es único, parte de ti y vuelve a ti desde tus piezas. ¿En serio quieres perderte algo así?.

Sólo os pediré que nunca dejéis de jugar.
Alvar aalto
Es probable que seas una persona con inquietudes y curiosidad, a veces hasta tal punto que te sientas incomprendido. A mí me sucede casi desde que sabía leer la hora. Cuando alguien acaba de conocerme y me pregunta a qué me dedico es bastante frecuente que le choque una trayectoria profesional tan rara como la mía, lo que en el fondo indica que no sabe en qué categoría mental meterme y eso le inquieta bastante. (¿Te suena? Me atrevería a decir que alguna vez te ha pasado a ti también).
Y, justo a continuación, me pregunta: «¿por qué la cerámica?».
Mi respuesta cuando quiero zanjar el tema rápidamente: porque es algo increíble que se te mete dentro y no te deja.
Mi respuesta más completa cuando quiero abrir un diálogo con quien me lo pregunta: porque te reta. No es fácil. No es difícil. No es rápida. No es lenta. Es como es y lleva el proceso y el tiempo que lleva. Es lo que tiene que ser.
Si pudiera darte un único consejo sería éste:
Que tu legítima pretensión de elegancia no te quite ni un ápice de tu autenticidad.
Me llamo Almudena
Y no, no soy un búho
Más bien una loca de la cerámica con una trayectoria muy atípica.
Fui farmacéutica, después interiorista y durante todo ese tiempo estuve aprendiendo cerámica. Con el tiempo lo que era una pasión se me fue de las manos y ahora disfruto de poder mezclar las tres disciplinas.
Cuando en 2007 comencé a formarme con artesanos, en sus talleres, quedé completamente atrapada y tuve que reaprender todo lo que sabía para ponerlo al servicio de las técnicas que requiere el barro. He incorporado mis conocimientos de química y diseño a todo lo que me han enseñado sobre el oficio de ceramista y lo he convertido en mi propia metodología. Trabajar directamente con el material me ha cambiado la vida y, a día de hoy, me sigue sorprendiendo.
Desde 2008 creo objetos para clientes y amigos y desde 2012 ayudo a diseñadores y profesionales creativos a dar forma a sus ideas sin renunciar a su identidad. También he vendido mis piezas tanto a clientes privados como en exposiciones colectivas y mercados de diseño.
Por encima de todo, estoy aquí para ayudarte a sacar adelante esas ideas que quieres que florezcan. Lo que cuento en esta página no es sino lo que yo misma empleo con mis creaciones. Lo he puesto a prueba, he cometido innumerables errores y he visto lo que funciona sin dramas, complicaciones ni secretos alquímicos raros.
Me llamo Almudena
Y no, no soy un búho
Más bien una loca de la cerámica con una trayectoria muy atípica.
Fui farmacéutica, después interiorista y durante todo ese tiempo estuve aprendiendo cerámica. Con el tiempo lo que era una pasión se me fue de las manos y ahora disfruto de poder mezclar las tres disciplinas.
Cuando en 2007 comencé a formarme con artesanos, en sus talleres, quedé completamente atrapada y tuve que reaprender todo lo que sabía para ponerlo al servicio de las técnicas que requiere el barro. He incorporado mis conocimientos de química y diseño a todo lo que me han enseñado sobre el oficio de ceramista y lo he convertido en mi propia metodología. Trabajar directamente con el material me ha cambiado la vida y, a día de hoy, me sigue sorprendiendo.
Desde 2008 creo objetos para clientes y amigos y desde 2012 ayudo a diseñadores y profesionales creativos a dar forma a sus ideas sin renunciar a su identidad. También he vendido mis piezas tanto a clientes privados como en exposiciones colectivas y mercados de diseño.

Por encima de todo, estoy aquí para ayudarte a sacar adelante esas ideas que quieres que florezcan. Lo que cuento en esta página no es sino lo que yo misma empleo con mis creaciones. Lo he puesto a prueba, he cometido innumerables errores y he visto lo que funciona sin dramas, complicaciones ni secretos alquímicos raros.

Saber química me permite desarrollar fórmulas propias cada vez mejores, entender y crear mis propios esmaltes y ajustarlos para que cumplan mis exigencias: que sean lo más seguros, estables, duraderos y bonitos que pueda conseguir en ese momento con las materias primas disponibles.
También el tiempo que he pasado diseñando para otros juega a mi favor, porque me ha hecho desarrollar un proceso creativo que funciona para mí; entiendo el diseño como la mejor vía de pasar de un concepto abstracto a una cosa real y me obsesionan el color, la textura y dar con la relación función-forma-estética que cada pieza está pidiendo a gritos.
Mi parte artesana busca adquirir rodaje y tablas para llegar cada vez más lejos en el oficio, pero es la experiencia directa con el material la que consigue fundirlo todo y me ha dado la unidad necesaria para crear mis cursos y colecciones.
